Recién llegado a México, se sabe que el 27
de abril de 1968 León Felipe escribe una nota en el periódico El día sobre el "angelote" Juan
Cervera Sanchís y su canto rebelde. Ahí repara: "oídle con cuidado que no
es un jilguero cualquiera".
Asimismo, en las siguientes fotografías, se observa
un par de manuscritos mecanografiados por Juan. Fechados también en 1968, forman
parte de los apuntes hechos sobre sus pláticas con León Felipe. En uno, se
logra apreciar la fecha, en el otro, una curiosa opinión de aquél sobre Juan Cervera, mientras platicaban sobre otros poetas del momento.
Fecha: 1968 |
Apreciamos aquí dos aspectos: Para Juan Cervera, el nombre y los apellidos, las raíces familiares, han sido una constante preocupación. Ahí se reconoce, identifica y crece. Sin embargo, no siempre optó por ampliar sus apellidos.
Al llegar a México, León Felipe influyó en él durante un tiempo. Y le recomendó quitarse el "Sanchís" al publicar. En varios de sus primeros títulos impresos en México vemos la firma: "Juan Cervera". Sin el "Sanchís", como le fue aconsejado.
Con el tiempo, apreciamos otro cambio. El lacónico "Juan Cervera" vuelve a sus dos apellidos "Cervera Sanchís". Y al pasar más tiempo aumenta: de "Cervera Sanchís" se corrige por "C.S. y Jiménez y Rueda". Tal como pide lo
nombren hoy.
Sobrepasa, pues, el consejo del maestro a la afirmación de sí mismo. Amplía la memoria de sus antepasados. Reconoce que a todos nos determina, individualiza y trasciende nuestra ascendencia.
Por otro lado, escogí esta nota para comenzar con el blog, porque quisiera afirmar con León
Felipe su prédica: Juan Cervera llegó a México como el vencedor "Veni,
vidi, vici".
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