martes, 18 de noviembre de 2014

México, epopeya del alba, un poema olvidado

Publicado en la revista ágora mexiquense en mayo de 1999, este ensayo-crónica pertenece a la colección de estudios hechos por Juan Cervera S. y J. y R. con la intención de difundir y ampliar el panorama literario mexicano del viviente siglo xx al indagar sobre numerosos poetas en memoria del olvido; como en este caso, sobre Guillermo López de Lara, autor de México, Epopeya del Alba, e hijo de la "grande e imperial ciudad de México Tenochtitlan", tierra dadora de egregios poetas. 

México, epopeya del alba, un poema olvidado 
Juan Cervera

La poesía épica es casi inexistente en México. Existen unos escasos fragmentos del poema Nuevo Mundo y Conquista de Francisco de Terrazas y es discutible, por otra parte considerar el poema descriptivo de Bernando de Balbuena, Grandeza Mexicana como propiamente épico.
Nuestros poetas han sido, en su mayoría, líricos e intimistas. 
Únicamente conozco un poema épico en el panorama poético mexicano y pertenece a un poeta contemporáneo: Gullermo López de Lara, ausente de todas las antologías de poesía mexicana y también de los diccionarios. 
Es casi imposible encontrar datos de este poeta. Existe, eso sí, pero un tanto clandestinamente, su gran poema épico que lleva por título México, epopeya del alba. Este impresionante poema hermoso y bello, con ilustraciones de José Narro, fue editado (primera y única edición hasta ahora) por Editorial Patria, S.A., México D.F., el año de 1969.
En la página 576, leemos en el colofón lo que sigue: 
"La impresión de este libro, hecha en la grande e imperial ciudad de México Tenochtitlan, por la Impresora Azteca, S. de R.L., fue terminada el día doce de diciembre del año del nacimiento del Señor MCMLXIX, a los cuatrocientos de haberlo sido los quince primeros cantos de La Araucana, de Alfonso de Ercilla y Zúñiga, estampada en los tórculos de Pierre Cossin, maestro tipógrafo de la imperial y coronada villa de Madrid, cabeza de los reinos de España".
Esta edición del gran poema de Guillermo López de Lara consta de 1,500 ejemplares y desde aquel lejano día en que el poeta español Juan Rejano, a la sazón director de Revista Mexicana de Cultura, del diario El Nacional, lo puso en mis manos (no conocía yo al autor) me impresionó extraordinariamente. Recuerdo que Rejano me dijo: 
"--Este libro es una maravilla, pero es difícil encontrar quien lo comente, ¿por qué no lo haces?."
Lo vi y lo reví. Lo fui hojeando. Provocó en mí una enorme admiración inmediata. Desde entonces no he dejado, de vez en vez de pasear mis ojos por esos cantos mexicanos únicos y que siguen inadvertidos en este México, tantas veces tan injusto con algunos de sus mejores hijos. Digamos las cosas por derecho y sin más hipocresía.
La verdad, si nos pusiéramos en lo justo, es que México, Epopeya del alba, debería ser un libro que llevara a estas alturas varias decenas de ediciones y fuera conocido, por lo menos por cuantos mexicanos cultos e interesados en su literatura.
La verdad ya la sabemos. Entre los poetas mexicanos únicamente conozco a uno que ha leído y conoce a fondo este singular poema, que debería ser orgullo de la literatura mexicana, y hablo de Roberto Cabral del Hoyo, pues cuando he preguntado a otros por Guillermo López de Lara y México, epopeya del alba, ha habido algunos que me han dicho: ¿De cuál fumaste hoy?
Ante esto, ¡silencio! Pero no es posible hacer el silencio ante un canto épico tan formidable y que imaginamos locura nuestra, que de repente este poema es descubierto y se imprime simultáneamente en 1992 en México y en España. 
Si existiera la justicia poética e histórica, lo que acabamos de imaginar sería ya un hecho.
Nosotros desde aquí lo más que podemos hacer es invitar a las inteligencias y sensibilidades mexicanas y españolas (que aún existen algunas) a que busquen este supercanto épico que honra por igual a las dos naciones y cuantos llevan en sus venas sangre indígena y española. 
No queremos dejar de creer en los milagros literarios y es por eso que, sino esta generación, otras por venir han de descubrir México, epopeya del alba y le harán justicia.    

Revista ágora mexiquense, mayo de 1999, p.8.

Revista ágora mexiquense mayo 1999

Les comparto, además, el poema introductorio del gran canto de López de Lara y algunas fotos con las ilustraciones de José Narro en la bellísima edición de Editorial Patria, así como la dedicatoria del autor a Juan Cervera.


Portadilla 

¡Ea, tierra de naves aladas!

I
INVOCACIÓN 

Omnipotente Numen soberano, 
al épico lumbral, y por la vía
que da temor al pensamiento llano,
mi voz llega desnuda. Sólo fía
en el auxilio de tu Excelsa Mano:
elocuencia Te pide, y armonía,
atuendo policromo, vestiduras
de jubones y tilmas y armaduras...

Pedregal, ni fecundo ni sonoro,
se mude, por divina crisopeya,
en aurígero campo multifloro;
y semilla de sorda melopeya
en ramaje, con címbalos de oro.
¡Haz que vibren; y surja la epopeya
del heroico tañer, Padre benigno, 
a la vera y en sombra de tu signo!

Guillermo López de Lara, México, Epopeya del alba, p.39.

Página 39 de México, Epopeya del alba
Dedicatoria de Guillermo López de Lara a Don Juan Cervera


Ilustración de José Narro
Ilustración de José Narro al Canto Primero





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